Vaig veure la pel·lícula fa anys, i recordo que em va agradar molt. Tothom deia que el llibre era millor, però sigui per A o per B, encara no l’havia llegit. Finalment ho he fet, i he de dir-vos que m’ha encantat!
És una història colpidora, emotiva, en alguns moments molt dura, amb uns personatges tan ben dibuixats que no podem fer més que sentir i viure amb ells tot el que els passa. Els entenem i els perdonem com si dels nostres fills es tractés, patim quan les coses els van malament, somriem quan els van bé… En fi, que dóna gust endinsar-se en les pàgines d’aquesta obra de Khaled Hosseini, Cometas en el cielo.
Com sempre, voldria deixar-vos algunes cites, qui millor que elles per a parlar-vos del llibre i no pas jo…
“Todos los años, el primer día de nevada, hago lo mismo: salgo de casa temprano, todavía en pijama, y me abrazo al frío. Descubro el camino de entrada, el coche de mi padre, las paredes, los árboles, los tejados y los montes enterrados bajo treinta centímetros de nieve. Sonrío. El cielo es azul, sin una nube. La nieve es tan blanca que me arden los ojos. Me introduzco un puñado de nieve fresca en la boca y escucho el silencio amortiguado, roto únicamente por el graznido de los cuervos. Desciendo descalzo la escalera delantera y llamo a Hassan para que venga a verlo.”
“Me encantaba el invierno en Kabul. Me gustaba por el suave tamborielo que producía la nieve contra mi ventana por la noche, por cómo la nieve recién caída crujía bajo mis botas de caucho negras, por el calor de la estufa de hierro fundido cuando el viento azotaba los patios y las calles. Pero, sobre todo, porque mientras los árboles se helaban y el hielo cubría las calles, el hielo que había entre Baba y yo se fundía un poco. Y la razón de que fuera así eran las cometas. Baba y yo vivíamos en la misma casa, pero en distintas esferas. Las cometas eran la única intersección, fina como el papel, entre ellas.”
“¿Cómo podía ser yo para él como un libro abierto, cuando, la mitad de las veces, yo no tenía ni idea de lo que maquinaba su cabeza? Yo era el que iba a la escuela, el que era capaz de leer y escribir. Yo era el inteligente. Hassan no podía ni leer un libro de párvulos y, sin embargo, me leía a mi. Estar con alguien que siempre sabía lo que necesitaba resultaba un poco inquietante, aunque también reconfortante.”
“En eso consistía volar cometas; en dejar que tu cabeza volara junto a ella.
Por todas partes caían cometas, y yo seguía volando. Seguía volando.”
“Pero con cada cometa derrotada, la esperanza crecía en mi corazón como la nieve que se apila sobre un muro, copo tras copo.”
“Estoy perdido en una tormenta de nieve. El viento chilla y dispara sábanas blancas hacia mis ojos ardientes. Avanzo tambaleante entre capas de blanco cambiante.”
“El sol se ponía en Peshawar y el cielo estaba inundado de franjas rojas y violetas (…) Sohrab siguió con la frente apoyada en el cristal, rodeado de aquella luz carmesí, con los puños escondidos bajo las axilas.”
“Empiezo a sentir que el trozo de suelo que ocupo forma parte de mi cuerpo; mi respiración es cada vez más pesada, más lenta. Quiero dormir, cierro los ojos y apoyo la cabeza en ese suelo frío y sucio.”
“Lloro mi alivio en las manos pequeñas y carnosas de este desconocido y él ha dejado de hablar. Espera.”
Per cert, coneixeu la fantàstica banda sonora de Cometas en el cielo? És d’Alberto Iglesias, per a mi un dels grans en aquest terreny! Us en deixo un tast aquí.
Cometas en el cielo, Khaled Hosseini, Salamandra, 2006.