Vibrar

A veces en la vida hay mucho ruido, demasiado. Y sólo se me ocurren dos fórmulas esenciales para acallarlo: el silencio o la música. El silencio no siempre es posible, menos aún para quienes vivimos en la ciudad. La música sí, afortunadamente la tenemos a mano. Pero cuando el ruido es muy intenso, encasquetarte los auriculares no basta; hace falta el directo, la vibración.

Y ello te permite, o por lo menos a mí, desconectar de este mundanal ruido y dejarte llevar por las notas, armonías y melodías. Sí, lo reconozco, un buen concierto me quita de todos los pensamientos centrifugantes que me taladran algunos días y me deja una sonrisa en el cuerpo que me cambia el pie con el que ando.

Y si además tengo la suerte de poder ir a un concierto íntimo de grandes músicos, entonces ya el placer es máximo. Esto me ha ocurrido esta semana. Estaba cansada, pero fui. Y vaya si fue un acierto! En el escenario había sillas para el público. Los músicos estaban situados en medio de la sala en circunferencia. Y el público por todos lados, rodeándoles. Jorge Pardo y Jaques Morelenbaum, acompañados por Melón Jiménez a la guitarra, Kike Terrón a la percusión y Javier Colina al contrabajo.

Jorge Pardo, leyenda viva del saxofón y la flauta travesera, del jazz y el flamenco, formó parte de la banda de Paco de Lucía.

Pardo, leyenda viva del saxofón y la flauta travesera, del jazz y el flamenco, que formó parte de la banda de Paco de Lucía, ganador del Grammy Awards 2020 por el álbum Antidote junto a Chick Corea, galardonado por la Academie Française du Jazz en 2013 como mejor músico de Jazz europeo, entre otros premios; que ha colaborado también con algunas bandas pop como Presuntos Implicados o Mecano. Jaques Morelenbaum, violonchelista brasileño que formó parte de la banda de Antonio Carlos Jobim, que trabajó con Caetano Veloso y ha colaborado con Ryuichi Sakamoto, Sting o Cesárea Évora entre muchos otros; que hace una participación en la película de Pedro Almodóvar Hable con ella, junto a Caetano Veloso.

Sonaron temas propios de Pardo y Morelenbaum pero también canciones de la música brasileña y española, en el escenario del Café Berlín, una de esas salas míticas de Madrid que tienes que visitar sí o sí algún día y saborear toda su historia, y disfrutar con su programación, si eres amante de la música en directo. Este lunes los protagonistas eran Pardo y Morelenbaum, era a quién iba a ver; pero es que todos, todos los músicos eran maravillosos, y todos tuvieron su momento de protagonismo, y con todos disfruté. Con este nivel, el diálogo entre Pardo y Morelenbaum, su sintonía, estaba perfectamente arropada por la guitarra, el contrabajo y la percusión. Un festival de matices que no permite los grandes recintos pero sí en cambio este tipo de salas, tan agradecidas por esa proximidad envolvente.

Jaques Morelenbaum, violonchelista brasileño, formó parte de la banda de Antonio Carlos Jobim

Y si te dejas llevar, empiezas a vibrar. Vibras en esas salas de concierto pequeñas. Vibras con grandes músicos. Y si dejas que en la ecuación ambas coordenadas sumen, esta vibración se eleva a la enésima potencia. Os recomiendo escuchar a Jorge Pardo y a Jaques Morelenbaum, en directo si tenéis oportunidad, sino buscadles en cualquier plataforma. Y no dejéis de disfrutar en una buena pequeña sala de un gran concierto íntimo. En Madrid hay unas cuantas. Y en Barcelona ya empieza a haber una tímida pero muy interesante oferta. Eso hice yo este lunes, vibrar en una buena pequeña sala con grandes músicos, y aún resuenan en mi piel las notas.

Crónica publicada en la sección Kwel de Club Còrtum el 17 de noviembre de 2024

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